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Descubrimiento de Restos Fosilizados de un Gliptodonte Indica Consumo Humano en el Pleistoceno

Recientemente, a la vera del Río Reconquista, un hallazgo paleontológico ha proporcionado una visión fascinante de la dieta humana durante el período Pleistocénico, hace aproximadamente 21.000 años.

Los restos fosilizados de un gliptodonte, un mamífero prehistórico de gran tamaño, muestran claras evidencias de haber sido consumido por seres humanos.

El paleontólogo Guillermo Jofré fue quien realizó el descubrimiento inicial. Posteriormente, arqueólogos del Museo La Plata intervinieron para analizar en detalle las marcas de corte presentes en los huesos del gliptodonte, especialmente en la cintura pélvica, las vértebras y el tubo caudal. Estos análisis confirmaron que las marcas no fueron causadas por animales carnívoros ni roedores, sino que corresponden a herramientas utilizadas por cazadores recolectores.

La datación del evento, determinada tanto por la posición estratigráfica como por análisis de datación radiocarbónica, indicó una antigüedad de aproximadamente 21.000 años. Este hallazgo es particularmente relevante porque desafía el paradigma tradicional que sitúa la llegada de los primeros humanos a América hace unos 16.000 años. La evidencia sugiere que los seres humanos pudieron haber estado presentes en el continente entre 20.000 y 30.000 años atrás.

El descubrimiento fue posible gracias a la colaboración interdisciplinaria del Centro de Investigaciones Geológicas, el Instituto Pasteur de París, la municipalidad de Merlo y la Fundación Azara. Este trabajo conjunto no solo amplía nuestro conocimiento sobre la presencia humana en América durante el Pleistoceno, sino que también destaca la importancia de la cooperación científica para desentrañar los misterios de nuestro pasado.

Este hallazgo es un aporte significativo a la discusión sobre la antigüedad de la presencia humana en América y proporciona nuevas perspectivas sobre la interacción entre los primeros humanos y su entorno. La evidencia de consumo humano de un gliptodonte agrega una pieza crucial al rompecabezas de la prehistoria americana, abriendo la puerta a futuras investigaciones y descubrimientos.